Recuerdo aquellos arrebatos de madre, cuando te abrazaba y pensaba que entre mis brazos nada te podía pasar. me sentía como una leona, te veía como una leona, reaccionaba como una leona y crié un pequeño león.
Después, con el tiempo, fue el mismo León de Judá, quién poniendo suavemente su zarpa en mi hombro, "me invitó a entender" que ya era el momento de que le dejara Su lugar.
Él te rodeó entre Sus pelajes, y yo casi no podía ni verte... tuve que confiar. Pasaron inviernos duros en los que abrazarte era el sueño de cada noche, pero Él estaba allí, y yo sólo podía rodearte en oración.
Su gracia bastó.
Hoy, eres un león, rápido de mente, capaz, audaz, tenaz, fuerte y esforzado, enfocado y en alerta, trabajas por lo que tienes, trabajas por los que quieres, comprometido y responsable, confiable y envidiable... Un león, heredero del León de Judá.
Hoy, son 24 años los que llevas sobre tus lomos, y tu pelaje no es el de un cachorro como antes.
Hoy, soy yo la que está agradecida por el trato de Dios en tu vida, y con tu casa.
Y estoy muy, muy orgullosa de ti.
Él es quien pelea tus batallas, Él es el que te defiende con Sus zarpas, y el que te convierte en quién eres. Enfócate aún más.
Dios te de anticipación, sabiduría, y valentía para dar los pasos hacia adelante y hacia atrás oportunos y necesarios para cumplir lo que está escrito sobre ti, para vivir con un propósito más allá de lo que puedes contar con tus manos.
FELIZ CUMPLEAÑOS, JOSUÉ.
Cuerpo de león, alma de luciérnaga, te amo.
TE AMO todos los días y el doble los domingos. Palabra de honor.
Mamá.
.
11 noviembre de 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario