Ayúdame a dar la cara por Ti,
porque Tú la das por mí cada día en medio de mis luchas. No dejas de asombrarme
en todo lo que haces, guardando mis espaldas y soportando cada golpe del
Enemigo por mi vida.
Sabes cuánto te amo, y yo no alcanzo a entender por qué me
amas así... pero te agradezco que tu Espíritu Santo me ayude a verme en un
espejo cada día y me ayude a limpiarme de hipocresía, y me revista de
autenticidad y poder en Ti. Porque sé de dónde vengo y a quién pertenezco. A Ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario