Lobotomía...

Bienvenida al eterno momento de echar de menos a alguien, de querer olvidarte de alguien, de no tener otra opción que borrar todo recuerdo o toda asociación de ideas que deriven en alguien, de sentir la necesidad de mutilar tu pasado. Dime, ¿Cómo se hace eso?
Cambiar de rutina o de ciudad no es suficiente. Tu cabeza siempre viaja contigo y tiende a dominarte más que tú a ella. No diferencia climas, ni espacios, ni tiempos: el cerebro es hermético por más que me  pese. Sustituir a esa persona por otra o por otras tampoco funciona... a no ser que la novedad eclipse cualquier resquicio del pasado... pero no hay novedad que valga la pena. Y las drogas matan y son caras. Eso no sirve. Y el alcohol sólo anestesia y deja resaca. Así que, díme, ¿Cómo se olvida?
Desde que no está y decidí olvidar conduzco despacio y sin rumbo. Reservo mi derecho de admisión a cualquiera... En serio, ¿Cómo se olvida?
Aunque, ¿por qué olvidar? Tal vez convendría no forzar el alma y recordar sin trabas. Revivir los instantes especiales que te engancharon...  Sólo duelen los recuerdos que jamás serán. Tal vez sólo nos frustre no ser los dueños del tiempo. O no poder controlar qué será de  mí durante el resto de mi vida sin su persona. Si estará bien, mal o no estará. Y es que...el no saber... el no saber me mata.