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Me sorprende la capacidad tan enorme que tiene el hombre de atribuirse méritos, de encender las luces tras los actos que realiza, como si estuviéramos en las Vegas... Anunciamos nuestro logros, para ser vistos, y ocultamos detrás de ellos a Dios, que es quien da gracia.
Hay un versículo que realmente meda mucho respeto: “Porque el Señor es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.” (Sal.138:6)
Ufff, no puedo soportar la lejanía de Dios, la distancia, la mirada distante y quizás fría, esa mirada llena de amor, pero llena de lección... eso es lo que ocurre cuando nuestra altivez le pega la patada a nuestra humildad....Y este versículo debería "pararme los pies y la boca", pero no voy a mentir, es mi tarea pendiente,y aunque sé que también es la de todos, realmente es "consuelo de tontos", no me vale. Debo aprender.
Pero es un hecho que Jesús enseña, todo acto de querer figurar, de famoseo evangélico, de ser más visto y alabado por los demás, TE DESCALIFICA, y te coloca en un peor lugar. ESO ES LO QUE OBTIENES A CAMBIO. Por el contrario, ser humilde cambia totalmente las cosas... No sé cómo no lo probamos más! ... ;)

Y si te digo la verdad, seguro que da más satisfacción, administrar mejor nuestro tiempo y dinero con los que en realidad no tienen medios para responder de nuestra misma manera, porque cuando nos damos, y nos cuesta hacerlo, en realidad nos damos así a Jesús... y salimos más llenos!
Dios lo ve todo, y NO DEJA QUE SALGAMOS SIN RECIBIR NADA A CAMBIO. Es el gran humor de Dios... qué grande!
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