Toque de atención.

Demasiada euforia trae este momento. La ilusión de alcanzar el objetivo está a flor de piel. Saben que será altamente arriesgado, concentrarse es vital, porque puede que sus pies pisen en falso y sus vidas pendan de un hilo. Saben lo que tienen que hacer, y que las cosas pueden cambiar por el camino en un solo instante...

Miran arriba y la sangre hierve de emoción, pero se mezcla con un respeto abrumador que les provoca un sudor frio.
No saben qué van a encontrar en el trayecto y eso lo tienen presente.

Se ponen en marcha, van equipados, van experimentados, pero no pueden llevarse consigo la actitud de prepotencia, porque saben que les queda grande ese momento. Su anhelo de alcanzar la cima les impulsa segundo tras segundo.
La subida es tremenda y complicada, sus pies pisan firmes, sus manos se aferran a la roca, sujetos con arneses y cuerdas, clavan certeros sus estrategias... Piensan calmadamente, y por nada del mundo se entretienen, porque podría caer la noche estando aun colgados, o en lo peor de los casos, un traspié podría resultar fatal...

Pero también hay un mejor de los casos, por eso se enfocan, porque tienen un objetivo y precipitarse en celebrar la victoria antes de alcanzar la cima, no solo sería de necios, sino que podría ser su ruina.

Y ahora, OIGO... y el que tenga oidos para oir, también oiga! ;)