No hay una manera mágica de que Dios me toque, y todo recuerdo se esfume, ni todo cambie un un minuto... pero Dios es un artista, se le nota la paciencia y el detallismo.... se toma Su tiempo.. y me está perfeccionando. No acabará cuando yo lo diga, sino cuando Él diga que ya estoy lista.
Su perfección es lo que asegura la gran belleza de Su obra en mí.
"Tengo que pasar por esto"- me digo a mí misma... y la verdad, no me quedo más tranquila, pero... al menos, esa es la verdad.
"estando segurísima de esto, que el que comenzó en mí la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;" (Fil. 1:6)
No hay comentarios:
Publicar un comentario