"Pero bendecirá la morada de los justos." (Proverbios 3: 33)
"Hemos de procurar ser justos en todas las cosas: en nuestro negocio, en nuestro juicio sobre los demás, en nuestro trato con los vecinos, y en nuestro propio carácter personal. Un Dios justo no puede bendecir transacciones injustas."
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