El pueblo de Israel se acostumbró a TODO.
Es cierto, se acostumbró al maná, comían de él todos los días, y se acostumbraron, y pidieron carne, y les fue dado codornices, y también se acostumbraron, se acostumbraron a ver milagros, al calzado que no se desgastaba por años, se acostumbraron a la nube de día, a su sombra, a su protección, como si eso fuera algo normal... y se acostumbraron, y contaron como por derecho con aquella columna de fuego, que no solo les guiaba y determinaba su estancia o su andadura por el desierto, sino que les daba calor en las noches de tan bajas temperaturas... y también se acostumbraron. Se acostumbraron a Su presencia... Se acostumbraron a todo lo que Dios iba trayendo de nuevo a sus vidas por cuatro décadas... a TODO.
Me da mucho que pensar en mi propia vida.
Me falta mucho por agradecer, para qué engañarse, aunque soy consciente en la ilusión que me proporciona cualquier cambio en mi día a día, tanto que reconozco que comparto al instante cualquier suceso... prueba de ello es el propio facebook, o este simple blog.
Ando pendiente del mover de Dios, más que pendiente, al acecho, si algo ocurre, quiero verlo, si algo ofrece de Su mano, yo lo acepto, si algo dice, quiero oírlo de primera mano, si algo revela, quiero estar despierta, ¡¡quiero enterarme!!
No quiero acostumbrarme a que Él dé de sí mismo y yo ni siquiera me entere o esté presente.
Y no es que yo no repare en costes, no acepto cualquier cosa a la primera, pero lo que Él trae es bueno para mí, yo soy consciente de las cosas a las que Le digo sí y a las que Le digo no.
Queda registrado todo lo que recibo, todo lo que disfruto, todo lo que pienso, pues lo que pienso, lo hago delante de Dios... y reconozco que he dejado de hacer algunas cosas... por el motivo que sea, (que eso poco importa en este momento) pero lo he dejado de hacer.. y me pesa.
Ando pendiente del mover de Dios, más que pendiente, al acecho, si algo ocurre, quiero verlo, si algo ofrece de Su mano, yo lo acepto, si algo dice, quiero oírlo de primera mano, si algo revela, quiero estar despierta, ¡¡quiero enterarme!!
No quiero acostumbrarme a que Él dé de sí mismo y yo ni siquiera me entere o esté presente.
Y no es que yo no repare en costes, no acepto cualquier cosa a la primera, pero lo que Él trae es bueno para mí, yo soy consciente de las cosas a las que Le digo sí y a las que Le digo no.
Queda registrado todo lo que recibo, todo lo que disfruto, todo lo que pienso, pues lo que pienso, lo hago delante de Dios... y reconozco que he dejado de hacer algunas cosas... por el motivo que sea, (que eso poco importa en este momento) pero lo he dejado de hacer.. y me pesa.
Yo sacaba fotos de todo momento bueno que sucedía en mi vida y de todo bien recibido de Dios, porque no quería acostumbrarme... y también de lo malo, para recordar que Dios es mi Dios en todo momento. Veía cualquier pequeñez y me invadía el gozo del momento... Y sabes? Me duraba..
Por eso escribo, por eso inmortalizo el momento de Su visitación.. Lo mires como lo mires, yo aprecio todo Su favor, por pequeño que a ti te parezca... Dios ve mi corazón.
Las fotos, los escritos, mi vida, mi música, todo posee demasiada información gratuita de lo que Dios trata conmigo. Y en algún momento he perdido el entusiasmo, porque me cansa lidiar con la burla de muchos. Pero las cosas siguen pasando, y aunque no quedan registradas como antes, suceden, y yo tengo miedo de no solo acostumbrarme a ellas, sino de olvidarlas, de no tener nada que me lo recuerde.
Yo lo llamo "piedras de testimonio del siglo XXI"
No hay comentarios:
Publicar un comentario