Comenzamos a morir cuando ya no tenemos algo por lo que vale la pena vivir; irónicamente, comenzamos a vivir hasta que encontramos algo por lo que vale la pena , morir.
Ese 'algo' es el punto convergente entre lo que saca lo mejor y lo peor de nosotros mismos, lo que nos mantiene despiertos hasta última hora de la noche y ' nos levanta por la mañana muy temprano. A cualquier edad, sin importar las credenciales, la educación ni la posición social, es importante vivir con pasión, perseguir con ahínco lo que da sentido a nuestro día. Encuentra tu Calcuta, mójate los pies y marca la diferencia... aun cuando estés atravesando por Babilonia. También lo dijo Dante...
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