(Jer.33:2-3 TLA)
Aunque el hombre en sí no dijera nada aprovechable para el alma, yo sé que Tú nunca dejas de hablar en lo secreto.
Clamo y espero.. Déjate oir, y déjate entender, porque mi alma DESESPERA por Ti.
Tú siempre me inquietas, nunca me dejas indiferente... Calmas mi alma tanto como la sacudes, remueves mis emociones, y no siempre alcanzo a entenderte, a entender qué te propones conmigo.
Apareces y desapareces y me dejas confundida en mi tiempo.. Pero siempre vuelves. Clamo, salgo a buscarte, me quedo dormida en la noche esperando Tu respuesta... pero a veces decides callar y mirarme...
Pero Te amo, porque transformas mi día con una sola palabra que entiendo, y sabes sacar lo mejor de mí, transformando lo barato de mí, en lo más precioso en Tus manos. Creaste mi insignificante persona, como creaste el cielo, la tierra o el mar, pero me diste un lugar por encima de todo. Me colocas de nuevo en mi sitio, cuando me salgo fuera de él.
Me das los buenos días, y decides amarme cada día.. Y eso me ayuda a decidir por Ti.
Me arropas, y haces que mi soledad sea menor... Siempre seras mi primer amor, en Ti me fijé primero, y quien venga no solo tendrá que vivir con eso , sino tendrà que aprender de Ti.
Clamo, espero, amo, y escucho Tu voz, aprendo y sigues cautivando mi alma. Y aqui me quedo!!
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