"El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero" (2ªTimoteo 2:6)
Si me duermo en los laureles, conseguiré nada, si no trabajo mi vida,
se echará a perder los campos, se pudrirá las cosechas y vendrá mi
ruina. Las grandes cosechas se forman poco a poco. A ver si
despierto de una vez, que no hay atajos, ni sorpresas de última hora. Lo
que haya sembrado, eso es lo que recogeré... y de hecho, Dios me lo
recuerda así, hoy:
"No os engañéis, Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare. eso también segará." (Galatas 6:7)
Hoy cojo el arado por los mangos... y que cada uno se aplique el cuento.
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