"No mirando nosotros las cosas que se ven, sino a las que no se ven: porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas." (2ª Cor. 4:18)
La grandeza de mi llamado determinará la intensidad de mi entrenamiento. Como la palabra profética que se me da, viene desde la zona donde no existe el tiempo, no puedo olvidar que "en el lado de allá", ya todo esta terminado. Cuando Dios me dice lo que hará conmigo, habla desde algo terminado allá. Pero apenas comienza acá. No me desanimo. Estoy en entrenamiento.
Puede que no vea nada, que todo esté incierto o incompleto, o hasta sea contradictorio, pero no dudo de mi llamado. Yo quiero vivir con mis ojos anclados en el "lado de allá", porque sé que la Palabra que me ha sido dada...se cumplirá... yo no espero por nadie. Que cada uno llegue cuando quiera, y el último que cierre la puerta! ...Estamos? ...ühh
No hay comentarios:
Publicar un comentario