Buscar este blog

Translate

©Copyright

Todos los artículos con la etiqueta "Escritos" y "Eni Vidal" están sujetos a derecho de autor.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Un El Roi, un Dios que oye y ve.

Ayer, después que me enviaras las fotos del fútbol, me puse a pensar en ti (no es ninguna novedad) Y le decía a Dios lo agradecida que yo estaba de tenerte en mi vida.
Comencé a escribir en el blog, y te llamé: "el cumplimiento de una promesa que tal vez jamás escuché"
Y yo hablaba con Dios sobre lo demasiado ocupada que estuve toda mi vida en buscar, que había tomado demasiadas decisiones equivocadas, demasiado esfuerzo en adaptarme y resignarme a lo que había elegido, por apresurarme, simplemente.
Y por décadas sentí que Dios no me amaba. Lo creía por puro mecanismo, porque lo dice Su Palabra, pero no porque yo lo sintiera. Me sentía abandonada, me sentía al descubierto, sentía Su indiferencia y eso me hundía más en mi miseria.
Y Dios me recordó este versículo: "Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia." (Jer. 31:3)
Y fue como cuando amas tanto a alguien que lo quieres proteger como si fuera tu bebé, y aunque no lo merezca, y aunque no te obedezca, y aunque no te entienda, simplemente, por ese amor extremo, tú te prometes a ti mismo que vas a cuidarlo, protegerlo, bendecirlo y procurar su bien.
Podría haberlo escuchado, pero estaba muy ocupada. Y ayer, yo te sentí así, como el cumplimiento de una promesa que Dios hizo, por ese amor eterno hacia mí, y por amor a Su Nombre.
Ahora yo sé que no se trataba de buscar, porque en realidad, tú me buscaste a mí.
Eres lo que siempre hubo en mi corazón, y sólo Dios podía saber eso. Sólo Dios podía conocer el anhelo del corazón de una niña que sabía muy bien lo que quería y estaba determinada. Hoy veo, que Dios no se ha dejado detalle en ti. Ninguno. Incluso vienes con mejoras y elementos que ni aun yo podía imaginar. En tu carácter, en tu contexto, en tu historia personal, y en tu vida ministerial.
No tengo palabras.
Y yo sé que todos somos la niña de Sus ojos. Que no importa si podemos ver a Dios, si podemos sentir, si podemos tocarle, ni tampoco si entendemos qué está pasando en nuestras vidas o si lo merecemos o no. Es más, no lo merecemos, partimos de esa premisa. Pero es un hecho que Dios es siempre bueno, y en todo tiempo fiel, un Dios de amor y misericordia. Sobrevivimos por gracia, gracias a Dios.! No es por nosotros.
Sí, tú eres el cumplimiento de una promesa que jamás escuché, pero una promesa que se hizo en algún momento, porque Dios escuchó al detalle el anhelo de mi corazón desde que fui niña. Y por ello yo le bendigo!
Él es El Roi, pero también Aquel que oye el anhelo del corazón.!!

                  #African Queen

No hay comentarios:

Publicar un comentario