Despidiendo a Priscila...

"Ella se fue, ya no estará más, y se me hace difícil creerlo, porque ella siempre ha estado, silenciosa, tranquila, sonriente y esperando sin ninguna prisa, que la vida sucediera y trajera bendiciones sobre la gente que ella quería, que era mucha, incontable e imperecedera. Regaló su tiempo, sus dones y amor, por donde quiera que sirvió y hoy mucha gente y muchos lugares están de luto.

Mi excepcional familia: "Renueva nuestros días como al principio..."

 Ella no está, pero sus obras siguen y seguirán por mucho tiempo, porque preparó a más de una generación, y dejó un legado de lujo. Para muchos alumnos, hoy grandes, pasó tan desapercibida que tal vez, no repararán en su ausencia, pero para mi, y para muchos, Priscila ha sido un tesoro irreemplazable. Un referente, un ejemplo, única y eterna. Una gran mujer, por fuera y por dentro, que nunca se quejó de nada, aunque a veces le faltó de todo. Su delicia, servir y ayudar a los demás. 

Preocupada de todos, menos de si misma, se fue, silenciosamente, así como vivió. Su carrera llegó a su fin y ha entrado por las puertas del cielo en medio de ovaciones de los grandes que la precedieron. Ya descansa, ya duerme tranquila y nos espera.
Mi admiración por ella nunca se apagará. !Cómo la voy a extrañar!... Este pueblo ha sufrido la perdida de un referente. Hasta pronto Priscilla!, tendremos que aprender a seguir sin ti, pero no nos faltan los recursos que sembraste en nosotros. Hoy la orquesta del cielo tiene una pianista de lujo...."

Esther Hadasa Planes