No se trata de buenos o malos, de culpables o inocentes, de arrepentidos o contumaces, ni siquiera del pueblo de Dios o cualquier otro; se trata de que hay vidas humanas a lo largo de la faz de la tierra no solo con ingenio para sobreponerse a las circunstancias, sino con derecho a vivir.
Te admiro, mujer.
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