No hay nada como un pez para ponerte a pensar en qué punto del propósito de Dios estás y por qué estas ahí.
O te quebrantas o te rebelas, pero el contenido de tu corazón se pone en manifiesto.
El quebrantamiento no esta sujeto solo al arrepentimiento, sino a ajustarse a la posición correcta ante Dios y alinearse a Sus planes.
A quien necesita ser quebrantado Dios le envía un pez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario