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Caigo sin control, aspirando tu aire como si fueran tus últimas gotas de savia,
Despierto y no oigo la melodía que ayer me durmió intensamente,
Sazono mi mente y no sé contra quien peleo, si soy yo, si eres tu contra quien me rebelo, o hay alguien más en mi habitación.

Soy frágil, pero me has rehecho en la debilidad, no quiero pensar que soy un puzzle sin sentido así que,
Mastico que hay una escena final para mis pies fríos, podría escribirte y arrodillarme cada día y seguiría sin saber a donde voy, pero mi blanca paz se haría enorme y la regalaría en los parques y esquinas, y me abriría en canal para que todos me respirasen, te respirasen, te evaporases en ellos, recorriendo, sus, nuestros, sistemas internos.

En ti no cabe la duda, aunque dudo de que mi cabeza así lo comprenda.