Puedes identificarlos por su fruto, es decir, por la manera en que se comportan. ¿Acaso puedes recoger uvas de los espinos o higos de los cardos? Un buen árbol produce frutos buenos y un árbol malo produce frutos malos. Un buen árbol no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. (Mateo 7:16-18 NTV)
¿Qué hay de mí?
¿Tan sólo palabras?
¿Actúo en mi vida conforme a lo que las Escrituras enseñan?
¿Me importa a caso lo que hagan o dejen de decir otros?...¿me condiciona en mi vida, a la hora de actuar, lo que digan o dejen de decir las personas que me rodean?
¿Confunde a creyentes mi manera de hablar o actuar?... ¿Impido que la gente que no conoce a Dios no desee creer en Dios, ni saber de Él, porque mis palabras y mis actos no concuerdan?
¿Estoy anclada en el Verdadero y en Su Palabra, de forma y manera que aunque todos le negaran, yo permaneciera en pie?
¿Mis convicciones son firmes y fieles a Su persona?
Una sola pregunta contestada con sinceridad es suficiente para dar un giro de 180º
"Se ve lo que soy, por el fruto que doy."
No hay comentarios:
Publicar un comentario