El Roi, ...sin pensarlo dos veces, me vestí y salí. Conduje por la noche, como sin rumbo, pero derecha al Castillo.
Allí, sola, confusa, ansiosa, vacía... allí, sin saber por qué allí. Paseé, oré, lloré, y me fui.
No tenía miedo, pero el Castillo no es un lugar para estar de madrugada sola.
Salgo a buscarTe, y no tengo fácil acceso a Ti. Imploro respuestas, y no sé si me las invento o me hablas.
Sólo sé que "Quiero sentir tus palabras aún en la punta de la torre, porque palabras como las tuyas son las que ayudan a edificar los cimientos." Lo decía Zola, y me las apropio yo.
Si pudiera detonar ese cañón, con tal de llamar Tu atención, tampoco me lo pensaba dos veces.
No necesito al "Dios que ve", sino al que habla.... y sé que eso mismo también lo ves.
Sed, hambre, necesidad de Ti... mi lámpara está encendida y con aceite, tengo repuestos... pero me vence el sueño, y Tú no vienes... agotas mis recursos.... mi alma desespera por Ti.
Visítame y habla...qué más Te da.!
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