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miércoles, 22 de mayo de 2013

Se nos escapa la vida...

Hoy, en el consultorio del médico.
Ahí esta el "yo controlo" partiéndome el alma, ahí agoniza la emoción y la adrenalina de "la sensación del momento" .. Ahí se ve que la vida no eran 4 días, sino años de sufrimiento personal y colectivo. 
Se desvaneció el desenfreno, y se quedó el "no sé qué hacer con mi vida"; el amor de madre, por el robo y los escándalos.
Una mala inversión en una mala racha, una pésima decisión tomó un boleto a ninguna parte.
Después del "a que no te atreves" no había nada... nada , o en realidad , sí, mucho, y nada bueno.
Y ahí, sentados en cada esquina de la vida, sintiendo la ansiedad a flor de piel, buscan qué le haga calmar su vacío, qué le permita cambiar su destino, cuando no es un "qué", sino un "Quién".
Y llegan a la consulta, y se sientan cabizbajos, temblando y sin esperanza alguna. Viviendo cada hora del día como un infortunio, buscando fármacos, otro tipo de "tapabocas" a su dolor ... Les oyes gritar en silencio sus ansias de retroceder en el tiempo.

No hay campaña televisada que aleje a ninguna generación de las garras de la droga, ni hay imagen que alerte del resultado final, para una juventud que solo pensó en vivir su momento, porque no hay imagen que afecte. No hay como calmar la ansiedad de un alma incompleta y alejada de Ti. No lo hay. La decisión es personal y es íntima. Porque sólo el corazón determinado a vivir y a resolver ese agujero profundo del alma, es capaz de ver la línea nítida de ese precipicio llamado "sin retorno" y saltar a Cristo.

Ahora ve y dile a estos "atrapados" que Tú puedes revertir el fracaso. Diles  a aquellos que se han desahuciado a sí mismos, que  SÍ hay salida. Que hay consecuencias, pero que en Ti sí hay solución.
... No te creen...
...Y tú te vas con el corazón roto y ellos se quedan con su vida rota.

Por ahí leí, que "Pensar es gratis, no hacerlo sale caro".. y sí, muy caro. Cuesta arrastrar la desventura minuto a minuto... hasta que se dice:  ¡¡BASTA!! y claman: "Ten misericordia de mí, hijo de David"... pero no lo dicen. 
"Ojos que no ven, corazón que no siente", decimos todos, pero Tú, Dios, Tú no puedes mirar a otro lado.

Esa es mi gente... Gente de mi ciudad con la que crecí, que veía de lejos, y me suenan sus caras, ahora más mayores, con las manos temblando, con los ojos sin vida, con la vida sin rumbo...gente de mi ciudad, hermanos de compañeros de clase, vecinos de mis amigos, gente de "mi gente" .. gente que quizás por eso quiebran más mi alma..

Clamo a Ti, porque vana es la ayuda del hombre, sólo en Ti, Jesús, tienes el poder de transformar las vidas, cambiar el rumbo  y sacar de la miseria. Sólo Tú puedes demostrarles que Tú eras lo que buscaban, y erraron... pero que es tiempo de acertar. Que aún pueden acertar. Si Tú no rompes cadenas, estamos perdidos. Si no clamamos a Ti, y te damos permiso sobre nuestras vidas... morimos.

No más muertes, no más silencios, no más vivir sin Ti. Se nos escapa la vida, sus días y sus aciertos... se nos escapa, como el agua entre los dedos.


"Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo el Señor." (Isaías. 55:6-8)

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