En toda labor hay fruto; mas el hablar y no hacer, empobrece.
(Proverbios 14:23.)
Llegó el tiempo de la cosecha a mi trabajo, al esfuerzo y a mi oración. Dios quiere llevarme a nuevas etapas, escalar nuevos montes, nuevos puertos. Quiere ungirme, mudarme de adentro hacia afuera. Hay fruto para cosechar en mi comunión con Dios. Hago lo que Dios me está pidiendo.
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