"Qué es el dejar de respirar sino el aliviar al aliento, de sus inquietos vaivenes, para que pueda expandirse y elevarse, y ya sin trabas buscar a Dios." (Séneca)
Elena se va día a día, ni ella se entera, ni yo puedo evitarlo… ves cómo se sientan a esperar la muerte, ajenos a lo que pasa fuera y hasta dentro de esas cuatro paredes.. algunos incluso completamente solos, con llamaditas y visitas fugaces de fin de semana... Parece que no sufren, ni padecen, pero aunque así fuera, casi lo hago yo por ellos... Sabes? … no me gusta la ley de vida, pero gracias… =/
Debería armarme de valor, y mandar a la mierda tanta distancia entre mi sangre y yo... ya no importa los años, ni la lejanía... no debería de importar nada, y más viendo lo que veo... el tiempo vuela y no te enteras, y la gente que quieres, hasta poco o recientemente la conoces y empiezas a querer, se va...
Un día llegas y ..no estan, o ves cómo cada día decaen poco a poco, como si de una pendiente se tratara... sin frenos, ni remedio alguno.
No hay medicina que ate el cuerpo a la tierra, ni que lo sane a estas edades... no hay forma de hablar de Cristo a mentes ausentes e idas... y hay días que voy con un nudo en el alma y otros que voy porque mi aliciente es llegar a la residencia y pensar que quiero estar allí aunque mis brazos se caigan a cachos y me rasgue por dentro... cada día un poco más, cada día un poco más... y más...
...de los 25 ninguno tienen la cabeza cuerda... me siento impotente y solo puedo abrazarlos... hasta que se vayan... puedes creer qué cruel realidad?
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